Documentalismo Surrealista.
Historia natural, digital y onírica.
Las producciones aquí presentes se desprenden de tres fuentes de interés e investigación: lo natural, lo onírico y lo digital. Disparadores que le brindan a Lucia Harari un amplio y nutrido repertorio a la hora de abordar sus propuestas, elaboradas con rigurosidad conceptual. A partir de operaciones metalingüísticas logra generar una amplia red de conceptos e imágenes interrelacionadas, y unir, así, estos tres universos, a priori inconexos. De este modo, se tienden puentes semánticos entre los diversos códigos de los cuales la artista se sirve para producir. Si bien la pintura sigue siendo un lugar privilegiado para su práctica, el video, es un recurso que le posibilita indagar en una superposición de códigos que enriquecen su universo discursivo. También le permite profundizar la “mirada documentalista” acerca de lo que la rodea. Introduce, asimismo, fotografías de pequeño formato que funcionan como fusibles; irrumpen, pero además condensan muchos sentidos que pivotean por varias obras de la muestra.
Hace varios años Harari reflexiona sobre nuestra relación con lo natural. Su mirada se detiene en las tensiones que se producen tanto en la convivencia y domesticidad que tenemos con los elementos naturales, a la vez que, captura sagazmente instantes de profunda resistencia que la naturaleza ejerce sobre los espacios urbanos. Investiga, además, los modos en que lo natural circula por los medios masivos de comunicación, internet y redes sociales. Se interroga acerca de la mediatización de ciertas experiencias relacionadas a lo sublime, y se pregunta si puede aprehenderse hoy un tipo de experiencia similar a partir de los dispositivos tecnológicos que tenemos a la mano. El modo en que nos relacionamos con lo digital es otra de las temáticas exploradas por la artista. La reflexión acerca de nuestra permanente utilización de Google es un gran hilo conductor de sus propuestas. Desde hace un tiempo, mientras navega por la web Harari selecciona noticias absurdas, aparecen, así, guiños cargados de humor e ironía en algunas de sus obras. Podría decirse que, dentro de la red de imágenes presentes en la exhibición, cumplen una función discursiva similar a la que los memes tienen en su circulación diaria por las redes sociales.
Para Harari lo onírico es un fértil campo de investigación y realización artística. Es un territorio en el que desarrolla una narrativa comunitaria y relacional. Durante la pandemia realizó un proyecto en el que compiló relatos en audio de soñantes, en muchos aparecían elefantes. A inicios de 2021, da con la noticia sobre una manada de elefantes que migraba, “sin rumbo aparente”, hacia el norte de China. En paralelo se entera de la “misteriosa” muerte de 400 elefantes en Botsuana. Ambas noticias se conocieron un año más tarde que los sueños recogidos. Es por ello que la artista se pregunta ¿pueden los sueños pensarse como presagios? Del mismo modo, ¿podemos pensar en Google como en una especie de “máquina oracular”? Dado que tiene la capacidad de predecir lo que ¿necesitamos encontrar? Durante el desarrollo de gran parte de esta exhibición, reflotando técnicas surrealistas, la artista se propuso desarrollar la metodología del “sueño bifásico”. Despertaba en medio de la noche, y antes siquiera de estar completamente lúcida googleaba aquellas ideas que protagonizaban sus visiones oníricas. A partir de este googleo insomne se fueron construyendo e hilvanando muchas de las obras que aquí podemos apreciar.
Luciana García Belbey